Desarrollo de la identidad novohispana
Al finalizar el siglo XVIII, la explotación colonial llegó
al máximo en la Nueva España; las tres
cuartas partes de los ingresos totales de España provenientes de las colonias,
tuvieron su origen en el territorio que posteriormente llevo el nombre de
México.
La minería y el comercio fueron las actividades económicas
más importantes y las mayores fortunas se encontraban en manos de familias
dedicadas a ellas.
La fortaleza de la minería dependió de la explotación de
metales a España a los grandes propietarios de minas siempre les convino estar
ligados a la metrópoli, pues su suerte descansó en la dependencia de la colonia.
Lo mismo sucedió con los comerciantes que controlaban las
exportaciones, cuyas ligas con los dueños de minas fueron muy fuertes.
Tanto unos como otros eran de origen europeo, aunque también
había familias criollas en este grupo privilegiado, unidas a aquéllos por intereses económicos y lazos familiares.
La influencia de los españoles era tal, que tuvieron el
control del aparato administrativo gubernamental, es decir la burocracia
política pues casi todos los puestos de asignaban a inmigrantes de la península
ibérica .Lo mismo sucedió con los cargos militares y eclesiásticos; sus
nombramientos y prebendas (Oficio lucrativo con poco trabajo) los debían
directamente la corona.
La discriminación resultante de este sistema fue creando un fuerte sentido de identidad
novohispana en los demás estamentos (Grupo social formado por aquéllos que poseen
la misma situación jurídica y disfrutan los mismos privilegios, clase, grado). De
la sociedad: criollos, indios, negros mestizos y en general los individuos
resultantes de la mezcla de todos ellos, vieron con malos ojos la situación prevaleciente.
Tal estado de cosas dio lugar a profundo malestar que
estalló en diversas revueltas, cuyo propósito era acabar con las diferencias
creadas por las leyes en beneficio de un grupo reducido.
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