Tu cuerpo es único, al igual que tu nombre, tu familia y tu patria. Tu apariencia física es como la envoltura de un regalo: lo mas importante está adentre pero, sin embargo, a ti te gustan los regalos envueltos prolijamente. Tal vez no te fijes en el color del papel, ni si es grueso o finito, liso, rayado o estampado. Mas seguramente te fijaras que no esté roto, arrugado o manchado, en fin, desprolijo y descuidado.
Con tu cuerpo sucede algo parecido, porque, de alguna manera, es el regalo que la naturaleza te hizo para disfrutar de todo cuanto hay en ella. No importa su tamaño, color, forma tanto el hecho de conservarlo en buenas condiciones, y no solo en su envoltura si no también en su contenido. Respetar tu cuerpo es ser agradecido con la naturaleza, y una de las formas de respetarlo es aceptándolo tal cual es. si la naturaleza te ha presentado de esta manera ante el mundo, es porque quiso identificarte así.
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