VALORES

     Cuando se habla de valores se hacer referencia a los ideales que orientan la conducta humana; se refiere a lo que la sociedad valora. Hay valores universales o humanistas y valores propios de cada sociedad, los cuales responden a sus valores laicos o religiosos.

     Los valores que poseemos nos ayudan a tomar decisiones congruentes con lo que creemos y nos ayudan a resistir la presión de otros.

     Los valores que un individuo posee reflejan los valores dominantes de una sociedad. Están directamente relacionados con necesidades cambiantes de las organizaciones sociales, por lo cual los valores se modifican históricamente y tienen expresiones distintas en los diversos contextos y niveles socioeconómicos.

     Los seres humanos ajustamos o cambiamos nuestra escala de valores con base en la influencia de las personas que conocemos, de libros, de otras culturas, etcétera. Sin embargo, tenemos estructuras básicas que compartimos con los demás y que nos permite entendernos y funcionar dentro de una sociedad.

  Hay valores éticos y valores culturales, por ejemplo el respeto a los demás es un valor ético; el valor que se le asigna a la mujer es cultural.

Se clasifican con base en tres dimensiones: sistémica, extrínseca e intrínseca. La dimensión sistémica se refiere a los valores derivados de las reglas y normas que prevalecen en la sociedad, a conceptos básicos o cardinales: lo bueno y lo malo, la verdad y la mentira, etc.

     La dimensión intrínseca hace referencia a aquello que involucra directamente los afectos y conocimientos del individuo, por ejemplo: los conceptos “mi vida”, “mi familia”, aluden a valores intrínsecos pies tienen un significado íntimo y particular para cada individuo.

     La dimensión extrínseca hace referencia al pensamiento práctico. Dentro de esta dimensión más que valorar al objeto en sí, se valoran las propiedades útiles que caracterizan a un objeto determinado. Por ejemplo, la escuela se valora porque es donde aprendemos, donde convivimos con amigos etc. Esto permite apreciar algo al considerar sus propiedades y los diversos contextos en los que puede ser útil.

     Cada individuo va formando a lo largo de su vida su propia escala de valores, por oposición o aceptación de los valores prevalecientes en los grupos sociales a los que pertenece, comienzan adquirirse desde la niñez, casi sin darse cuenta, el niño va adoptando ciertos valores a través de los mensajes familiares, de la educación recibida en la casa, en la escuela y con los amigos.

     Al llegar a la adolescencia, los valores aprendidos fueron modificados. Usualmente los adolescentes tienden a cuestionar o rechazar los valores adquiridos en su niñez como una forma de autoafirmarse como individuos independientes, los adolescentes tienden a adoptar patrones de conducta de modelos, artistas, líderes o personajes ajenos, a quienes idealizan y desean imitar pero que no necesariamente corresponden a su realidad objetiva y específica.

     El que los valores se modifiquen de acuerdo con la época y cultura e la que se viva, así como la influencia que ejercen los medios de comunicación como transmisores, modeladores y moldeadores de un estilo de vida artificial, pero sugestivo, provoca confusión y crisis de valores en el adolescente.

     La crisis de valores e la adolescencia es un proceso característico del desarrollo humano, hay que orientar a adolescente respecto a la importancia de que tenga clara su propia escala de valores, desarrollando y manteniendo una actitud crítica y reflexiva ante los mensajes que reciba.

     Los valores que se poseen son las guías que norman nuestra conducta y ésta es la credencial de presentación con la que nos mostramos con quienes nos rodean. El adolescente que se valora y respeta a sí mismo, tiene más probabilidades de que los demás lo valoren y respeten.