jueves, 23 de octubre de 2014

La mitología maya

La mitología maya


Los mayas habitaron en el sur de nuestro país y algunas regiones vecinas de América Central. Hoy en día podemos conocer un poco de su cultura, sus mitos, templos, palacios, etc… de acuerdo a sus vestigios que quedaron de ello.
Bueno para empezar con esto primero que nada hablaremos del Popol Vuh y algunos libros.
Las inscripciones y códices o libros antiguos nos hablan acerca de lo que pensaban y sentían los mayas. Su tradición oral, de boca en boca, fue recogida por algunos sabios y sacerdotes que sobrevivieron a la conquista española, y por algunos frailes que crearon crónicas e historias. De los mayas quedan, entre otros textos el Popol Vuh (libro del pueblo) y otros que redactaron los sacerdotes Chilames de Yucatán.
El Popol Vuh es un auténtico compendio de la mitología maya.

Al igual que los pueblos de la lengua náhuatl del centro de México, los mayas creían que habían existido varias edades cósmicas. Pensaban que en cada una de ellas los dioses, la Abuela y el Abuelo, habían hecho a los seres humanos de barro, de madera y finalmente de maíz. Estos últimos habían resultado tan inteligentes que todo lo comprendían. Alarmados por esto, sus creadores les echaron vaho a los ojos, para que no pudieran percibir lo que les rodeaba.

Los dioses mayas


El universo de los dioses y sus actuaciones aparecen en múltiples relatos y representaciones. Un importante dios fue Itzamná, a la vez sacerdote y sabio, inventor de la escritura y el calendario. En compañía de la diosa Ixchel, la inventora de los tejidos, actuó como dios de la medicina. Itzamná, relacionado con Kinich Ahau, el señor del rostro solar, era considerado benévolo y generoso.

Chac, dios de la lluvia, aparece muchas veces en los códices y en las fachadas de templos, con su larga nariz y dos colmillos que se le salen de la boca. En realidad se pensaba que había cuatro Chacs, que habitaban respectivamente, en los cuatro puntos cardinales del mundo. En el centro de este se levantaba la gran ceiba cósmica, un árbol majestuoso.

El maíz de cuya semilla habían sido formados los seres humanos, era considerado también un dios. En cambio Ah Pucho, el dios de la muerte, representado como una calavera con su esqueleto, se atribuía el fallecimiento de hombres y mujeres. Se decía que merodeaba cerca de los enfermos, acechándolos.

En la cosmología maya el Universo era una realidad divina. Por ella transcurrían, de acuerdo con las cuentas del calendario, los múltiples dioses, con cargas a cuestas. Estas eran soportadoras de los destinos propios de cada periodo. Los dioses se sucedían en relevos e iban tiñendo, los espacios que recorrían. De este modo absolutamente todo estaba influido por las presencias divinas.

Los mayas fueron grandes guerreros y entre sus pueblos había guerras entre sus reinos se enfrentaban, hacían prisioneros y muchos de ellos los sacrificaban. Ek Chuah es su deidad de la guerra, generalmente está pintado de negro.


Los mayas también veneraban a Kukulcán, dios de los vientos y la respiración, equivalente a Quetzalcóatl. Los antiguos relatos hablaban de su llegada a Yucatán. Allí se estableció Chichén Itzá, una de las principales ciudades mayas, con la gente que le acompañaba; luego fundo más ciudades. En las pirámides de Chichén Itzá es frecuente encontrar representaciones de la serpiente emplumada.


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