Enseñanza para la comprensión
Un marco para innovar en la intervención didáctica
¿Qué significa enseñar para la comprensión?
Uno de los mayores avances en el campo de la educación ha
sido, la posibilidad de dar cuenta del proceso de aprendizaje y de las
variables que intervienen en la comprensión para mejorar la enseñanza. Esto
está siendo la base fundante para el desarrollo de las dimensiones didácticas
de los nuevos paradigmas que están gestando en relación con la calidad de la
educación.
Toda propuesta didáctica se funda en una concepción
explícita o implícita acerca del aprendizaje. Y a su vez, toda concepción de
aprendizaje tiene sus bases en la concepción que tenemos de “sujeto” y su
relación con el mundo.
Esta es una premisa compleja en su enunciación, pero sin
duda aceptada por muchos docentes. David Perkins (1995) no es que no sepamos lo
suficiente como para tener escuelas en las que un gran número de personas con
diferentes capacidades, intereses y provenientes de medios socioculturales y
familiares diferentes puedan aprender.
El problema es que más allá de los desarrollos cerca del
aprendizaje, las investigaciones sobre las escuelas eficaces, los estudios
sobre las posibilidades del cambio y la innovación en educación, es muy
complejo el salto entre la enunciación de nuestros saberes y el uso activo de
ellos.
Es bastante alarmante darnos cuenta de que no actuamos
como sabemos: existe una enorme brecha entre nuestras teorías y nuestras
prácticas.
La comprensión como desempeño.
En los últimos 50 años la psicología cognitiva acuñó
diferentes conceptos para definir aquello que los maestros quieren que suceda
en las aulas: “aprender de verdad”. Aprendizaje, aprendizaje ingenuo,
comprensión, aprendizaje significativo. Distintos términos que hemos utilizado
para tratar de explicar lo que nos permite constituirnos como sujetos activos
en la realidad, como miembros de una sociedad capaces de actuar con saber.
Más allá de diferencias teóricas y modos de construir
estos conceptos, uno de los descubrimientos más sorprendentes en los que todas
estas líneas acuerdan es que no todos aprendemos todo del mismo modo, ni que
una misma persona aprende todas las cosas con los mismos procesos. Cada
individuo es distinto, por cual ya vemos que es distinto la manera como cada
quien capta el aprendizaje.
El marco de enseñanza para la comprensión ha sido creado
y utilizado para la enseñanza en todos los niveles: desde inicial hasta en las
cátedras universitarias y en la formación docente en países diversos. Se está
convirtiendo hoy en un interesante dispositivo que permite que educadores de
distintos niveles y regiones del mundo, reflexionen colaborativamente sobre la
enseñanza.
Un primer elemento a tener en cuenta dentro de este marco
es que la comprensión es un desempeño. La definición de aprendizaje como
“apropiación instrumental de la realidad para transformarla” desarrollada en
nuestro país por Enrique Pichón Riviére, nos acerca a estos desarrollos, más
recientes que toman a la comprensión como desempeño.
“Para hacer una generalización, reconocemos la
comprensión por medio de un criterio de desempeño flexible. La comprensión se
presenta cuando la gente puede pensar y actuar con flexibilidad a partir de lo
que sabe” (Perkins, 1999).
Se puede afirmar que la comprensión es el desempeño
flexible: relacionar, operar, describir, comparar, diferenciar, adecuar,
relatar, analizar, decidir, organizar… son desempeños que permiten conocer la
comprensión, son la comprensión misma.
Se pueden identificar tres señalamientos con los que los
avances de la psicología cognitiva desafían a la enseñanza y a los paradigmas
clásicos con los que se diseñaron nuestras escuelas y el trabajo en las aulas.
Éstos son:
2 El aprendizaje es un proceso complejo en el que cada
sujeto resignifica la realidad a partir una reconstrucción propia y singular.
Esto significa que el aprendizaje no es algo que se tiene o no se tiene, cual
posesión acabada.
2 Los desempeños de comprensión son la capacidad de actuar
flexiblemente con saber.
2 Este actuar no es siempre un actuar observable a simple
vista.
Hoy nos preguntamos:
¿Qué tipo de enseñanza es la que permite a los
estudiantes realmente construir lo que llamamos desempeños de comprensión?
¿Qué hace buena a una escuela?
¿Qué es una buena enseñanza?
Y por último, si comprender implica la posibilidad de
desempeños singulares y flexibles, ¿Cómo enseñamos para la comprensión?
Para explicar parte de lo que ya se expuso, tomaremos en
cuenta la proposición de Paul Hirst (1977)
“El término enseñar o enseñanza es aquél con el que
denominamos las acciones de una persona A, que tiene la intención de producir
en otra persona B el aprendizaje intencional de X”.
Las practicas pedagógicas en las últimas décadas del
Siglo XX, a veces por reacción a la idea de imposición autoritaria del docente,
y otras por la burocratización y ritualización de actividades en las escuelas,
despojaron a estas prácticas del sentido de legítima intencionalidad
convirtiendo a las aulas en espacio para
“poner en contacto”, “para convivir”, “para desarrollar procesos”.
Para una buena enseñanza, no bastan nuevos conocimientos,
es imprescindible que podamos hacernos nuevas y buenas preguntas. Redescubrir
la relación dinámica fuerte y viva entre la palabra, puesta en términos de
pregunta, la acción y la reflexión, tal vez ayude a superar la brecha entre lo
que sabemos, pensamos y hacemos en nuestra práctica docente. Y sigue recalcando
Faundez: “En la enseñanza se olvidaron de las preguntas; tanto el profesor como
el alumno las olvidaron y según yo lo entiendo, todo conocimiento comienza por
la pregunta”.
En función de todo esto, una de las propuestas del marco
de trabajo de Enseñanza para la Comprensión es recuperar el sentido de las
preguntas básicas. Si bien pueden formularse de diversas formas proponemos
pensar las siguientes:
1
¿Qué es lo que realmente quiero que mis estudiantes comprendan?
2
¿Cómo sé que comprenden?
3
¿Cómo saben ellos que comprenden?
De
dichas preguntas se desprenden los elementos del marco de trabajo.
De
la pregunta número 1 se desprenden estos elementos de trabajo:
-
Hilos conductores.
-
Los tópicos generativos
-
Las metas de comprensión
Y
de las otras dos preguntas restantes:
-
Los desempeños de comprensión
-
La evaluación diagnóstica continúa.
¿Qué
tópicos vale la pena comprender?
Permite
introducir las metas de comprensión, tanto a las abarcadoras como las de
unidad. Esta distinción se desarrollará al explicar cada uno de los elementos
del marco.
¿Qué
aspectos de esos tópicos deben ser comprendidos?
Introduce
el concepto de tópico generativo.
¿Cómo
podemos promover la comprensión?
Identifica
la relevancia de los desempeños de comprensión. Permite diferenciar este
concepto de actividades, que usualmente utilizamos en la agenda tradicional de
la planificación.
¿Cómo
podemos averiguar lo que comprenden los alumnos?
Da
sentido al cuarto elemento del marco: la evaluación diagnóstica continua.
Los hilos conductores.
Son las preguntas clave que orientan en la tarea. Se
transforman en la referencia que permite recuperar el hilo de lo que realmente
es importante hacer. En general, se plantean para el trabajo de un año. No son
solo para el profesor. Es necesario compartirlos con los estudiantes porque
esto permite que todos, y no sólo el docente, tengan brújula y estén orientados
para entender por qué se hace lo que se hace en las clases.
Un ejemplo de hilos conductores que actualmente orientan
el trabajo en la Asignatura Educación 1 para la formación de Profesores en la
Universidad de General Sarmiento son:
¿Qué es la educación?
¿Cómo se conformaron los sistemas educativos y en
particular el nuestro?
¿Qué son las políticas educativas? ¿Cuál es su influencia
en la vida cotidiana de las diferentes instituciones educativas y en particular
en las escuelas?
Los hilos conductores así expresados, de manera casi
llana y precisa, orientan la tarea de la asignatura proponiendo un modelo no
academicista.
Los Tópicos Generativos.
Se refieren a la selección de contenidos a ser enseñados,
tema que siempre ha sido un nodal en la enseñanza. Los tópicos son conceptos,
ideas, temas relativos a una disciplina o campo de conocimiento, pero que
tienen ciertas características que los hacen especialmente indicados para ser
seleccionados como habilitadores del aprendizaje.
En el trabajo que el equipo de Proyecto Zero realizó con
docentes, se lograron formular cuatro criterios a tener en cuenta para evaluar
la posible generatividad de los tópicos:
1. Que sean centrales para la disciplina.
2. Que sean ricos en conexiones posibles con el contexto y
con los recursos disponibles.
3. Que sean accesibles e interesantes para los alumnos.
4. Que sean interesantes e importantes para el docente.
Las metas de comprensión.
Las metas de comprensión identifican conceptos, procesos
y habilidades que queremos que los alumnos desarrollen. Enfocan aspectos
centrales del tópico generativo, identificando lo que consideramos más
importante que nuestros alumnos comprendan sobre él.
“Las metas de comprensión vienen de dos tamaños: las que
corresponden a una unidad y las que corresponden a un curso. Las metas de
comprensión de cada unidad describen cuánto queremos que los alumnos obtengan
de su trabajo con un tópico generativo. Las metas de comprensión, conocidas
como metas de comprensión abarcadoras o hilos conductores, especifican cuánto
deseamos que los alumnos obtengan de su trabajo con nosotros a lo largo de un
semestre o de un año”. (Blyte, 1999).
Es por ello que hay tres condiciones que ayudan a que las
metas realmente orienten nuestra tarea:
1. Que sean públicas y explícitas.
2. Que sean centrales para la materia.
3. Que estén dispuestas en una estructura compleja
Los estudiantes lograrán:
a) Comprender el atravesamiento histórico político y social
del concepto de educación.
b) Conocer la conformación de los sistemas educativos
modernos en general y del mexicano en general.
c) Identificar los principales lineamientos de la política
educativa mexicana focalizando en el escenario de las instituciones educativas.
Los desempeños de comprensión.
Son actividades que requieren que los estudiantes usen el conocimiento en nuevas
formas y situaciones. En estas actividades los alumnos reconfiguran, expanden y
aplican lo que han aprendido al mismo tiempo que exploran y construyen nuevos
aprendizajes a partir de los previos.
Los desempeños que estamos proponiendo:
-¿Exigen
que los alumnos demuestren las comprensiones enunciadas en las metas de comprensión?
-
¿Requieren que los alumnos utilicen sus comprensiones en situaciones nuevas?
-
¿Ponen en tela de juicio sus concepciones erróneas, sus estereotipos?
-
¿Provocan un pensamiento divergente?
-
¿Permiten a los alumnos mostrar su comprensión de diversas maneras?
-
¿Permiten utilizar los modos propios de indagación de la disciplina o campo de
conocimiento en cuestión?
-
¿Están organizados de modo de ofrecer al estudiante ir “más allá”?
La evaluación diagnostica continua.
Es el proceso de brindar sistemáticamente a los alumnos
una respuesta clara sobre su trabajo, contribuyendo a mejorar sus desempeños de
comprensión. Este proceso exige que los desempeños estén guiados por criterios
de evaluación que sean claros, públicos, relacionados con las metas de
comprensión y orientados por los hilos conductores.
Uno de los mayores desafíos en la enseñanza es ayudar a
nuestros estudiantes a comprender y construir junto con el docente estos
criterios. Por esto es tan importante el momento de elaborar los hilos
conductores o metas abarcadoras y las metas de comprensión que son guía para
estos criterios. Pero no alcanza con elaborarlas: es fundamental el trabajo
permanente con ellas duran tetodo el desarrollo de la tarea.
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