En la actualidad la vida de
las mujeres es cada día más interesante y retadora, está cambiando. Algunas
parecen llevar mejor los retos y el estrés que esto implica; otras, no tanto.
En realidad estamos enfrentando un cambio en la definición de lo que es ser
mujer y esto implica pelearse con siglos de tradición que según algunos,
dirían: "Si no está roto, ¿por qué arreglarlo?" Sin embargo y para
nuestra ventaja, para muchas mujeres y hombres la entrada de las mujeres en la
sociedad actual ha sido una enorme bendición. Por ejemplo, representa un buen
equilibrio en el mundo laboral.
El rol de las mujeres hoy en
día es otro, más completo y más retador gracias a que estamos más preparadas;
hemos demostrado una y otra vez que hacemos un buen papel dentro del mercado
laboral.
El cambio inició como una
consecuencia gradual que sobrevino luego de este hecho histórico: La Segunda
Guerra Mundial. Al dejar los hombres sus países, oficinas y puestos de trabajo,
en ese momento ese vacío fue llenado por las mujeres, aquellas mismas que
habían estado limitadas por la tradición a ejecutar solamente tareas hogareñas.
La fuerza de la historia, el
peso de la tradición femenina que vamos heredando y transmitiendo de una mujer
a otra no ha podido remover por completo la expectativa principal de ser mujer:
casarse, tener hijos y atender su hogar. A ello debemos sumar carreras
universitarias, mujeres profesionales, competidoras agresivas, comprometidas y
aguerridas. Cumpliendo las expectativas otrora reservadas para los hombres y lo
estamos haciendo bien.
Las familias han venido a
pagar el costo del nuevo rol femenino, al cual todavía no nos acostumbramos del
todo. Así como ha cambiado tanto la "definición de puesto" para los
sexos, debido a que los hombres se encuentran invadidos en sus espacios y ya no
se espera lo mismo de ellos dentro del hogar, las familias han sufrido
terribles transformaciones, que en consecuencia han resultado en sociedades aún
intentando comprender, para poder acomodarse.
Dentro de muchas familias,
se sigue esperando que -como se hiciera en el hogar de su infancia y como lo
hicieron sus madres- la mujer siga siendo quien realice las tareas del hogar. La
mujer ha logrado incorporar a las tareas de siempre (de madre, esposa y ama de
casa) las nuevas que implican ser una profesional. Mientras, intenta cumplir
con las "otras tareas" como llevar a los niños de aquí para allá,
reunirse con familia y amigas, ir al gimnasio, seguir un régimen alimenticio,
ir al salón de belleza para mantenerse "presentable", encontrar un
tiempo para salir y comprarse una cosita, entre otras cosas. Es realmente
admirable lo que logramos hacer. Ésas somos las mujeres de hoy. O por lo menos,
es lo que la actualidad, el mundo moderno y las nuevas tendencias están
permitiéndonos escoger, conocer, expandir nuestro mundo y saber que existe una
amplia gama de opciones y formas de vida.
¡Adelante, mis SÚPER
MUJERES! ¡Atrévanse a gozar de la nueva era que depende de cómo nosotras
queremos diseñarla!
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