El
pensamiento brasileño surgió a finales del siglo XIX, creando una Asociación
Brasileña de Educación (ABE) en 1924, la cual da fruto y crea un proyecto
liberal de la educación y entre otros componentes, un gran optimismo pedagógico
reconstruyendo así a la sociedad por medio de la educación.
Las
reformas importantes realizadas en la década de los años veinte, inspiraron el
debate educacional resaltando a la educación jesuita tradicional que hasta ese
entonces dominada el pensamiento pedagógico brasileño.
La
educación también fue de interés para el movimiento anarquista en Brasil, ya
que para ellos si no sucedían cambios profundos en la mentalidad de las
personas la revolución social jamás tendría éxito.
Entre
los años 1887 y 1944 el pensamiento pedagógico libertario (difundido por la educadora
María Lacerda de Moura) favoreció el mejoramiento del analfabetismo proponiendo
una educación que incluyera educación física, educación de los sentidos y el
estudio del crecimiento físico.
En
1930, la educación pública pasa a ocupar un espacio en las preocupaciones del
poder en la burguesía urbano-industrial presentando un nuevo proyecto
educativo. Otro suceso importante que surgió en la década de los treinta fue la
fundación del Instituto Nacional de Estudios Pedagógicos (INEP) en el cual se
publica la Revista Brasileña de Estudios Pedagógicos la cual forma parte de un
valioso testimonio de la historia de la educación en Brasil.
El
pensamiento pedagógico liberal tuvo grandes contribuciones en Brasil, entre
ellas las de Roque Spencer Maciel de Barros, Joao Eduardo R. Villalobos,
Antonio de Almeida Junior, Laerte Ramos de Carvalho (1922-1972), Moysés Brejon
(1923) y Paul Eugene Charbonneau (1925-1987).
En
el pensamiento pedagógico contemporáneo, Paulo Freire se sitúa entre los
pedagogos humanistas y críticos que dieron una contribución decisiva a la
concepción dialéctica de la educación. No se cansa de repetir que la historia
es posibilidad y el problema que se presenta al educador y a todos los hombres
es saber qué hacer con ella.
Florestan
Fernandes defensor de la escuela pública, creo un nuevo estilo de pensar la
realidad social, por medio del cual se hace posible reinterpretar la sociedad y
la historia, así como la sociología anterior producida por Brasil.
Otro
personaje importante en esos tiempos fue Luiz Pereira (1933-1985) quien fue un
educador del pensamiento pedagógico brasileño. Para él, la solución de los
problemas enfrentados dentro de la escuela depende de la solución de los
problemas externos a ella, que involucran aspectos económicos y sociales.
A
titulo de síntesis, se podría decir que el pensamiento pedagógico brasileño ha
sido definido por dos tendencias generales: la liberal y la progresista. En las
dos partes los representantes más significativos de la pedagogía brasileña
fueron agrupados en esas dos tendencias o perspectivas, no siempre antagónicas
o excluyentes.
Los
educadores y teóricos de la educación liberal defienden la libertad de
enseñanza, de pensamiento y de investigación, los nuevos métodos basados en la
naturaleza del niño. Los educadores y teóricos de la educación progresista
defienden la inclusión de la escuela en la formación de un ciudadano y
participante del cambio social.
El
pensamiento pedagógico brasileño es muy rico y está en movimiento, e intentar
reducirlo a esquemas cerrados sería una forma de esconder esa riqueza y esa
dinámica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario