martes, 20 de enero de 2015

EL PENSAMIENTO PEDAGÓGICO BRASILEÑO


El pensamiento brasileño surgió a finales del siglo XIX, creando una Asociación Brasileña de Educación (ABE) en 1924, la cual da fruto y crea un proyecto liberal de la educación y entre otros componentes, un gran optimismo pedagógico reconstruyendo así a la sociedad por medio de la educación.
Las reformas importantes realizadas en la década de los años veinte, inspiraron el debate educacional resaltando a la educación jesuita tradicional que hasta ese entonces dominada el pensamiento pedagógico brasileño.
La educación también fue de interés para el movimiento anarquista en Brasil, ya que para ellos si no sucedían cambios profundos en la mentalidad de las personas la revolución social jamás tendría éxito.
Entre los años 1887 y 1944 el pensamiento pedagógico libertario (difundido por la educadora María Lacerda de Moura) favoreció el mejoramiento del analfabetismo proponiendo una educación que incluyera educación física, educación de los sentidos y el estudio del crecimiento físico.
En 1930, la educación pública pasa a ocupar un espacio en las preocupaciones del poder en la burguesía urbano-industrial presentando un nuevo proyecto educativo. Otro suceso importante que surgió en la década de los treinta fue la fundación del Instituto Nacional de Estudios Pedagógicos (INEP) en el cual se publica la Revista Brasileña de Estudios Pedagógicos la cual forma parte de un valioso testimonio de la historia de la educación en Brasil.
El pensamiento pedagógico liberal tuvo grandes contribuciones en Brasil, entre ellas las de Roque Spencer Maciel de Barros, Joao Eduardo R. Villalobos, Antonio de Almeida Junior, Laerte Ramos de Carvalho (1922-1972), Moysés Brejon (1923) y Paul Eugene Charbonneau (1925-1987).
En el pensamiento pedagógico contemporáneo, Paulo Freire se sitúa entre los pedagogos humanistas y críticos que dieron una contribución decisiva a la concepción dialéctica de la educación. No se cansa de repetir que la historia es posibilidad y el problema que se presenta al educador y a todos los hombres es saber qué hacer con ella.
Florestan Fernandes defensor de la escuela pública, creo un nuevo estilo de pensar la realidad social, por medio del cual se hace posible reinterpretar la sociedad y la historia, así como la sociología anterior producida por Brasil.
Otro personaje importante en esos tiempos fue Luiz Pereira (1933-1985) quien fue un educador del pensamiento pedagógico brasileño. Para él, la solución de los problemas enfrentados dentro de la escuela depende de la solución de los problemas externos a ella, que involucran aspectos económicos y sociales.
A titulo de síntesis, se podría decir que el pensamiento pedagógico brasileño ha sido definido por dos tendencias generales: la liberal y la progresista. En las dos partes los representantes más significativos de la pedagogía brasileña fueron agrupados en esas dos tendencias o perspectivas, no siempre antagónicas o excluyentes.
Los educadores y teóricos de la educación liberal defienden la libertad de enseñanza, de pensamiento y de investigación, los nuevos métodos basados en la naturaleza del niño. Los educadores y teóricos de la educación progresista defienden la inclusión de la escuela en la formación de un ciudadano y participante del cambio social.

El pensamiento pedagógico brasileño es muy rico y está en movimiento, e intentar reducirlo a esquemas cerrados sería una forma de esconder esa riqueza y esa dinámica.

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