La reconstrucción del país
La Constitución fue
promulgada en 1917,
pero en algunas regiones de México la guerra continuó hasta 1920. Cuando
terminó, muchas cosas habían cambiado. El país quedó en manos de una nueva
generación de hombres y mujeres fogueados en la revolución.
Las huellas de la
destrucción eran palpables en la agricultura, las minas, las fábricas y el
comercio; los caminos, los puentes, las vías de ferrocarril, los cables del
telégrafo, y muchas otras instalaciones.
Muchos soldados y civiles murieron en las batallas, o a
manos de los bandidos que aprovechaban el desorden, o por el hambre y las
epidemias que provocó la lucha. Muchos hombres y mujeres salieron del país,
sobre todo a los Estados
Unidos de América, para buscar trabajo, o perseguidos por sus
enemigos políticos.
Otros se fueron a vivir a las ciudades, en especial a la
capital, porque eran más seguras. En1910 México
tenía algo más de quince
millones de habitantes; en 1921, contaba con poco más de catorce millones.
Entre muertos, desaparecidos y exiliados, durante la revolución la población del
país disminuyó en aproximadamente un millón de personas.
Las actividades productivas estaban paralizadas. Lo único
que seguía funcionando con cierta regularidad eran los campos petroleros y algunas minas, que eran
propiedad de extranjeros y fueron respetados para que no hubiera dificultades
con los gobiernos de sus países.
Se restablece la paz
El orden retornó poco a poco. Los ejércitos de
Zapata y de Villa fueron derrotados, pero en Morelos y en Chihuahua las
guerrillas siguieron peleando contra los carrancistas, aun después de que
Zapata fue traicionado y asesinado, en 1919. Villa
firmó la paz con
el gobierno en 1920.
Recibió el Rancho de Canutillo, en Durango, y se retiró allí. En 1923 fue
asesinado en una emboscada, en Hidalgo del Parral, Chihuahua.
Carranza fue el primer presidente
electo después de que se promulgó la Constitución
de 1917. Al final de su mandato (de cuatro años entonces, y no
de seis como ahora) Carranza no logró convencer a los jefes revolucionarios de
que apoyaran a su candidato para las siguientes elecciones. En consecuencia,
los generales Alvaro Obregón y Plutarco Elías Calles organizaron la Rebelión de Agua Prieta, llamada así por la
población en donde se inició, en el estado de Sonora.
Carranza se retiró y escapó con algunos de sus hombres
rumbo a Veracruz, dispuesto a resistir. Fue asesinado,
en la sierra de Puebla, en un pequeño poblado llamado Tlaxcalantongo, en mayo de 1920.
Al triunfo de la rebelión, Adolfo de la Huerta fue nombrado presidente interino y
consiguió que los generales zapatistas y el mismo Villa dejaran
las armas. Así se consiguió la paz en el país y pudieron convocarse unas nuevas
elecciones presidenciales, en las que triunfó Alvaro Obregón.
Gobierno del general Alvaro Obregón
En 1920, cuando llegó a la presidencia, Alvaro Obregón
Al inicio de la lucha se integró a las filas del Ejército Constitucionalista, fue uno de los más
brillantes militares. Como político, buscó la alianza con los trabajadores y
con los antiguos zapatistas. La tarea más importante de su gobierno, hasta 1924, fue poner
en marcha la reconstrucción del país y buscar la unidad nacional.
Era necesario reparar
lo que estaba destruido. Y cumplir con lo que la revolución
había ofrecido a los mexicanos. Para ello, comenzaron a expropiarse
latifundios y a repartirse tierras a los campesinos que no las tenían. Se fijaron salarios mínimos, horarios de trabajo y condiciones de
seguridad en las minas y fábricas. Se apoyó a los obreros para
que pudieran organizar los primeros
sindicatos.
Durante el gobierno de Obregón hubo otra revolución, tan
intensa como la armada, pero más hermosa y difícil: una revolución en la
educación y en las artes, a la que se llamó revolución
Cultural.
La rebelión de la huertista
En 1923 hubo nuevas elecciones presidenciales.
El candidato de Obregón era el general Plutarco Elías Calle, el secretario de gobernación. Otros grupos apoyaron a Adolfo De la Huerta, secretario de Hacienda, que era civil. Algunos militares
se levantaron
en armas para
apoyar a De la Huerta, pues consideraban que la candidatura de Calles era una
imposición de Obregón, y temían que detrás del nuevo presidente siguiera
gobernando Obregón.
A este levantamiento se le conoce como la rebelión de la huertista. Aunque ésta duró sólo cuatro
meses, tuvo consecuencias muy importantes. Muchos oficiales
murieron o salieron del país. Con esta reducción del Ejército, comenzó el
proceso que lo profesionalizó, lo convirtió en un modelo de disciplina y de civismo y acabó con las rebeliones militares.
Gobierno del general Plutarco Elías Calles
Plutarco Elías Calles fue presidente de
México de 1924
a 1928. Durante su gobierno se multiplicaron las organizaciones obreras y campesinas, y en 1925 se
creó un banco central, el Banco
de México. Se inició la construcción de la red de carreteras y de las primeras grandes presas para regar tierras. Sin embargo, no
fueron años de prosperidad ni de paz.
Cuando el gobierno de Calles quiso hacer cumplir el Artículo 27 (las
riquezas del subsuelo le pertenecen a la nación) a las compañías petroleras norteamericanas e inglesas,
la tensión internacional se agudizó tanto que algunos temieron que pudiera
haber otra invasión estadounidense.
La Iglesia católica había rechazado, desde que fueron
promulgados algunos artículos de la Constitución de 1917; en especial los artículos 3º, 5º,
24, 27 y 130. En ellos, entre otras cosas, no se reconocía personalidad
jurídica a las iglesias; se prohibía el culto externo, como las procesiones; no
se reconocían derechos políticos a los sacerdotes; se establecían mecanismos
para abrir templos al culto y delimitar el número de sacerdotes y se prohibía
oficiar misa a los extranjeros.
El presidente Calles decidió hacer cumplir las normas de
la Constitución; propuso leyes que llevaban al detalle lo que la Constitución
mandaba y estableció castigos para quienes no las respetaran. Como respuesta, la Iglesia suspendió las actividades en los templos.
Muchos católicos se levantaron en armas. El Ejército intentó
detenerlos y el conflicto se hizo más intenso. Empezó la rebelión cristera,
llamada así porque el grito de combate de los alzados era “¡Viva
Cristo Rey!” La rebelión duró tres
años, hasta junio de 1929, cuando el gobierno y la Iglesia
llegaron a un entendimiento.
El Maximato
El expresidente Alvaro Obregón quiso
regresar al poder y logró que se reformaran las leyes que prohibían la
reelección. Ganó las elecciones presidenciales de 1928. Pero antes de tomar
posesión, durante una comida en que se celebraba su victoria, fue asesinado.
Desde entonces el principio de la no reelección ha sido rigurosamente
respetado.
Como consecuencia del asesinato del presidente electo, el
Congreso designó como presidente
provisional a Emilio
Portes Gil.
Para fortalecer el gobierno, Calles les propuso a los
jefes políticos y militares la creación de un partido político que serviría
para resolver sus diferencias y fomentar la unidad. Así nació, en 1929, el Partido Nacional revolucionario (PNR).
En las nuevas elecciones ganó el candidato del PNR, Pascual Ortiz Rubio; fue una votación muy discutida contra José Vasconcelos, que era candidato independiente.
Sin embargo, el verdadero poder lo tuvo Plutarco Elías Calles, llamado Jefe Máximo de la revolución.
De 1928 a 1934 hubo tres presidentes: Emilio Portes Gil,
Pascual Ortíz Rubio y Abelardo Rodríguez. Ninguno de ellos cubrió un periodo
completo. A este periodo se le conoce como el Maximato,
porque durante ese tiempo el poder se concentró en el Jefe Máximo. La influencia de Calles terminó
cuando el siguiente presidente de la República, el general Lázaro Cárdenas, lo
expulsó del país.
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