En el mes de mayo de 2012 un grupo de estudiantes de la Universidad Iberoamericana se manifestó en contra de las palabras del entonces candidato del PRI a la Presidencia de la República el Lic. Enrique Peña Nieto, quien había asistido a dar un discurso. Esto ocurrió cuando los ya de por sí inconformes estudiantes recibieron una respuesta brusca por parte del candidato a una de sus preguntas relacionadas con el uso de la fuerza pública en ciertas manifestaciones como la de Atenco. Los 131 asistentes, con la animosidad del momento, comenzaron a reclamarle diversos hechos al candidato, a quien presionaron y acosaron hasta que él huyó del lugar. El número 132 se refiere a la autoafiliación y apoyo al movimiento como el miembro número 132 de este grupo de 131 estudiantes.
Tras este hecho fueron acusados de ser “acarreados” y “porros”, sin embargo, tal hecho no solamente no se pudo probar, sino que incluso fue desmentido por varios de ellos mostrando sus credenciales de estudiante en “youtube” lo que les ganó la simpatía entre la población del Distrito Federal y otras ciudades que rechazaban a Peña Nieto como candidato. Así, diversos miembros de la sociedad civil se sumaron a algunos de los estudiantes de la Ibero, conformando el grupo “Yo soy 132”, aludiendo a que ellos eran la siguiente persona que también se pronunciaba en contra de lo que ellos decían “eran una imposición del gobierno”, pues cabe señalar que el partido de Peña Nieto siempre llevó ventaja en las encuestas, y al final, ganó la elección.
Los meses previos a la elección fueron el período de gloria de tal movimiento, ya no solo estudiantil sino civil, ya que llevó a cabo marchas, pláticas, conferencias, comidas, plantones y otras manifestaciones para señalar las razones por las cuales no consideraban apto a Peña Nieto para ocupar la silla presidencial. Estos mítines se realizaron en varias ciudades del país teniendo como principales instigadores a jóvenes universitarios. Así, el movimiento adquirió tal fuerza que ellos lograron organizar un debate entre los candidatos a la presidencia de México.
Aunado a esto, mostraron un rechazo igual a la compañía Televisa, a quien acusaban de manipular encuestas, dar una cobertura excesiva al candidato del PRI e influir en la opinión publica para favorecer a su partido. En determinado momento el movimiento “Yo Soy 132” realizó un cerco humano en las instalaciones de la televisora obstruyendo el paso a su interior. Poco tiempo después, su declive comenzó.
Cabe señalar que en el movimiento “Yo Soy 132” no hay un líder definido. Incluso sus figuras públicas más carismáticas parecen haber perdido su poder de convocación ahora que el triunfo de Enrique Peña Nieto es un hecho innegable. La página de internet y el Facebook del movimiento tardan en actualizarse y nadie más compra ni porta las camisetas con el lema que en su momento fueron muy demandadas; la gente ya no los ve como moda tampoco.
Otra razón para la debilitación del movimiento es que, aunque mantiene una organización autónoma, en ocasiones realiza marchas y paros al lado de otras organizaciones que no son muy bien vistas por la sociedad como los ex-trabajadores de Luz y Fuerza o el Frente Francisco Villa. Hay quien los acusó incluso de ser leales a Andrés Manuel López Obrador solamente, cosa que desmintieron declarándose “apartidistas”.
El futuro de este movimiento estudiantil no está claro, pues muchos de sus miembros aún se pronuncian a favor de realizar protestas contra el regreso del PRI, mientras que otra parte, ya mejor prefiere el anonimato.
“Yo Soy 132” movimiento que inició con un objetivo claro y poco a poco fue logrando la aceptación de la sociedad, desafortunadamente fue una llamarada de petate. Interesante la información, Nena.
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