jueves, 22 de enero de 2015

LA MÚSICA MEXICANA



El Mexicano se ha caracterizado por ser un incansable apasionado por expresar por medio de la música sus más profundos sentimientos de amor, tristeza, odio y alegría, la estructuración armónica y melódica de sus composiciones, muestran al escuchante las notas más brillantes, más vivas y coloridas, dejando un entusiasmo musical hasta el punto de extraer lágrimas, risas y admiración de él que llega a escuchar la música mexicana.
La música mexicana nace con nuestros ancestros indígenas, interpretando con instrumentos de la época, los rituales y ceremonias a las dioses o en los consejos de guerra, siempre utilizando la música para las diferentes características de la vida, la sociedad indígena que desarrolló en niveles más altos la música fueron los “Mayas” que habitaron el sur-éste de México, donde el tiempo no ha podido borrar las huellas musicales auténticos siendo interpretadas hasta nuestros días.
Prehispánica
Los mesoamericanos tenían una gran escala musical, pero no tenían escritura, las piezas se aprendían de memoria y algunas sobrevivieron hasta nuestros días.
En el Calmécac, los jóvenes aprendían los himnos religiosos; en el Cuicacalli, se preparaban los cantos y los bailes, en el Mixcoacalli, se guardaban los instrumentos.
Se conocen el huéhuetl, panhuehuetl y tlalpanhuéhuetl, tambores que se hacen sonar con las manos; el teponaztli, cilindro de madera suena con las lengüetas, con golpes de bolillo como la marimba; el atecocolli, caracol o cornamusa; el tzicahuaztli, un güiro; el tlapitztalli, ocarina; el ayacachtli, guaje relleno de piedrecitas, que se sigue usando; flautas simples, dobles y multipes, cascabeles, silbatos, discos de metal, bules de agua y caparazones de tortuga, el monocordio lo usaron lños Otomíes y los seris lo conservan, y los coras el arco musical.
La colonia    
La música indígena continúo interpretándose y los indígenas dominaron los instrumentos europeos. La primera escuela la fundó fray Pedro de Gante, en 1524 en Texcoco, pasó después a la ciudad de México, donde se inició la producción de órganos y otros instrumentos para fines religiosos y profanos. Se tocaba la guitarra, arpa, laúd, rabel, monocordio, clavicordio, vihuela, salterio, dulzaina, orlo, bajón, los timbales y la flauta.
Los religiosos se apoyaron en el teatro musical, actos sacramentales, misterios y pastorelas, para la conversión de los indígenas. También la misa, la cantata, la pasión  (en canto llano), el motete, el magníficat, el te deum, el himno, los maitines y los villancicos. En el siglo XVII Puebla se convirtió en el centro de la música barroca. En 1648 aparece el primer corrido popular mexicano “las coplas del tapado”.
La influencia de la música africana en el siglo XVIII repercutió en la indígena, así como la evolución instrumental. Floreciendo los ritmos como el sacamandú y el pan de manteca, subversivos y rebeldes, contra el orden impuesto.
  

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