Los habitantes del imperio tarasco eran en su mayoría
purepechas, pero también se incluían otros grupos étnicos como los nahuas, otomíes, matlatzincas y chichimecas.
Estos grupos étnicos fueron asimilados gradualmente por el grupo mayoritario purépecha.
El estado tarasco estaba constituido por una red de
sistemas tributarios y poco a poco se fue centralizando bajo el control del
gobernador del estado al que se llamó cazonci.
La capital tarasca se encontraba en Tzintzuntzan a orillas del lago de Pátzcuaro,
Michoacán; según la tradición oral tarasca fue fundada por el primer cazonciTariácuri y dominado por su linaje, los Uacúsecha (Águilas).
El estado tarasco fue contemporáneo y enemigo del Imperio azteca contra el que luchó
muchas veces. El imperio tarasco bloqueó la expansión azteca hacia el oeste y
suroeste, y los tarascos fortificados, patrullaban sus fronteras con los
aztecas, posiblemente, el desarrollo del primer estado verdaderamente
territorial de Mesoamérica.
Después de escuchar acerca de la caída del imperio
azteca, el cazonci Tangaxoán
II envió
emisarios a los vencedores españoles. Algunos españoles se fueron con ellos a
Tzintzuntzan, donde se presentaron y se intercambiaron regalos. Ellos
regresaron con muestras de oro y el interés de Cortés en el estado tarasco se
despertó. En 1522 un grupo de españoles bajo el mando de Cristóbal de Olid fueron enviados al territorio tarasco y llegaron a
Tzintzuntzan en cuestión de días. El ejército tarasco contaba con muchos miles,
tal vez hasta 100 000 guerreros, pero en el momento crucial decidieron no
luchar. Tangaxuán no nada
más se presentó a la administración española, sino que también por su
cooperación le permitieron un alto grado de autonomía. Esto dio lugar a una
extraña disposición en la que tanto Cortés como Tangaxuán eran considerados
propios gobernantes de Michoacán en los años siguientes: la población de la
zona rendían homenaje a los dos. Cuando el español se enteró de que Tangaxuán
seguía siendo de facto regente de su imperio los abandonó por un tiempo y mandó
al despiadado Nuño
de Guzmán para su conquista definitiva, quien se alió con un noble
tarasco Don Pedro Panza Cuinierángari, el resultado fue la muerte de Tongaxuán. Se inició un período de violencia e
inestabilidad. Durante las próximas décadas, los gobernantes títeres tarascos
fueron instalados por el gobierno español, cuando Nuño de Guzmán
había caído en desgracia el obispo Vasco de Quiroga fue
enviado a la zona a evangelizarlos. Se ganó rápidamente el respeto y la amistad
de los nativos que dejaron las hostilidades contra la hegemonía española.
Hola Josefina, gracias por tu aportación sobre el imperio azteca ya que es corto y muy bien manejable
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