Los alimentos más comunes eran los vegetales (recolección)
y la carne. En un principio eran los únicos pueblos que existían y hoy
existen todavía, a duras penas, pequeños grupos nómadas que viven de la caza de
animales, de la pesca, de la recolección de frutos, semillas y setas (extracción
de raíces y tubérculos), y de la
recogida de miel, actividades que rara vez aportan más del 50% de su dieta
alimenticia. La caza y recolección entre los pueblos
"primitivos" lejos de ser algo parasitario es un verdadero modo de producción ya que
los pueblos que basan genuinamente su economía en la caza (y la pesca) y la
recolección de vegetales casi siempre permiten una tasa de reproducción de sus
presas.
Hasta hace diez mil años, el hombre era
cazador-recolector. Aún en nuestro tiempo, existen sociedades que hasta hace
poco practicaron o siguen practicando la caza y las actividades derivadas como
medio básico de subsistencia. No es por tanto, una actividad
exclusivamente prehistórica, sino que ha tenido una proyección, aunque cada vez
más limitada, en el mundo moderno y contemporáneo.
A esta
gente, llamada del cenobítico superior, le toco vivir durante un gran cambio de
clima que transformó
fértiles llanuras en desiertos casi
desnudos de yerbas. Los animales de que
vivían los cazadores se
murieron en gran número y con ellos los hombres
que se alimentaban básicamente de piezas de
caza. Los ya hechos a la comida
vegetal sobrevivieron, máximo
quienes empezaban a interferir en la plantación, crecimiento y cosecha de las plantas silvestres. Ellos y los pescadores prosperaron
en las regiones costeras occidentales. En la costa Pacífico
subsisten amontonamientos de
conchas marinas, residuos de
hogares y artefactos de piedra
con una antigüedad mayor de seis
mil años.
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