domingo, 25 de enero de 2015

De cazadores a recolectores

Los alimentos más comunes eran los vegetales (recolección) y la  carne. En un principio eran los únicos pueblos que existían y hoy existen todavía, a duras penas, pequeños grupos nómadas que viven de la caza de animales, de la  pesca, de la recolección de frutos, semillas y setas (extracción de  raíces  y tubérculos), y de la recogida de miel, actividades que rara vez aportan más del 50% de su dieta alimenticia. La caza y recolección entre los pueblos "primitivos" lejos de ser algo parasitario es un verdadero modo de producción ya que los pueblos que basan genuinamente su economía en la caza (y la pesca) y la recolección de vegetales casi siempre permiten una tasa de reproducción de sus presas.



Hasta hace diez mil años, el hombre era cazador-recolector. Aún en nuestro tiempo, existen sociedades que hasta hace poco practicaron o siguen practicando la caza y las actividades derivadas como medio básico de subsistencia. No es por tanto, una actividad exclusivamente prehistórica, sino que ha tenido una proyección, aunque cada vez más limitada, en el mundo moderno y contemporáneo. 


A esta  gente, llamada del cenobítico superior, le toco vivir  durante un gran  cambio de  clima  que transformó fértiles  llanuras en desiertos casi desnudos de yerbas. Los animales de que  vivían los cazadores  se murieron  en gran número y con ellos los hombres que se  alimentaban  básicamente de  piezas de  caza. Los ya hechos  a la  comida  vegetal sobrevivieron, máximo  quienes empezaban a interferir en la plantación, crecimiento y  cosecha de las plantas  silvestres. Ellos y los pescadores  prosperaron  en las  regiones  costeras occidentales. En la costa  Pacífico  subsisten amontonamientos de  conchas marinas, residuos de  hogares y artefactos de  piedra con una  antigüedad mayor de  seis  mil años.



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