jueves, 22 de enero de 2015

LA MÚSICA MEXICANA



Segunda parte.
Independencia, Reforma, Intervenciones, Porfiriato y Revolución
En la guerra de Independencia los ritmos prohibidos se convirtieron en himnos a la insurgencia y en alegres canciones de protesta, las letras se adaptaron con nuevas coplas como la canción de “Apodaca”. En 1821 el ingenio popular dedicó a Iturbide algunas coplas irónicas; invadieron las mazurcas, polcas, cracovianas y redovas, la ópera tuvo la influencia del romanticismo italiano.
En los inicios de la República fueron sonecitos y bailables. Con la intervención norteamericana lagunas canciones aludían a las muchachas que aceptaban invitaciones “las margaritas”; en la francesa “Mamá Carlota” fue muy popular entre los chinacos patriotas.
En 1871 en los actos oficiales con la restauración de la República se interpretaba la marcha “Zaragoza”; precursora del nacionalismo fue la ópera “Guatemotzin”, de Aniceto Ortega.
Porfirio Díaz, retomó el Himno de Francisco González Bocanegra y Jaime Nunó; varios valses mexicanos se hicieron famosos: “sobre las olas”, “el adiós”, “ojos de juventud”. La  Revolución desata el nacionalismo, en la ensangrentada campiña, “los dorados”, “los pelones”; frescas y alegres, “cielito lindo”; satíricas, “la cucaracha”; apasionadas “la Valentina”, “la Adelita”; nostálgicas la “canción Mixteca”.
El Mariachi
Se da el nombre al conjunto vocal abajeño, para algunos el terminó proviene del francés marriage (boda) cuando la intervención francesa; el musicólogo Hermes Rafael dice que proviene de voces cahítas, coras, huicholes o tarahumaras y significa violines del cerro o sonidos del cerro.
El nombre se popularizó en el siglo XX en la ciudad de México. Los originales incluían dos ejecutantes de violín, uno de guitarra, uno de vihuela y uno de guitarrón. En 1920 el mariachi usó cuatro violines, arpa, guitarra sexta, vihuela y guitarrón de golpe (tololoche); le dio difusión internacional.
El mariachi evolucionó con las trompetas y arreglos sinfónicos. Su repertorio lo forman sones, piezas clásicas, boleros, marchas, esta música vernácula ha sido reconocida a nivel internacional.
A partir de la primera década del siglo XX comienzan a transformarse: visten el traje de charro (mismo que ya usaban las orquestas típicas desde el Porfiriato), y amplían su repertorio con piezas de diferentes regiones de la República: sones abajeños, jarabes, corridos, huapangos y canciones bravías, al estilo de Lucha Reyes. También añadieron la trompeta como instrumento imprescindible.
Con el auge del cine mexicano las películas de Tito Guízar, Jorge Negrete, Pedro Infante y Javier Solís, dieron a conocer el mariachi así como un México rural idealizado.
El son es una música en la cual se mezclan las influencias indígenas, españolas y africanas, incluso asiáticas en algunos casos. Se trata de un género con ritmo de 6/8, cuya instrumentación varía de región en región. Un conjunto de sones es denominado jarabe, y de este tipo, existen los jarabes Tapatío, Mixteco, del Valle, Tlaxcalteca, Michoacano, etc. Además de los ya señalados sones de mariachi, hay son jarocho, huapango, son abajeño y muchos más. Géneros de aparición más tardía son la jarana y la trova yucateca, que se cultivan en la península de Yucatán, y que recibieron influencia caribeña (especialmente del son cubano) e incluso andina (bambuco colombiano); la chilena, originaria de los estados de Guerrero y Oaxaca, y que recibió la influencia de la cueca chilena y la marinera peruana. 
  Así mismo surge la rondalla, en las clases sociales estudiantiles populares urbanas, en aquéllas que no podían adquirir los instrumentos de la estudiantina.



2 comentarios:

  1. Hola Martita, me parece muy interesante el tema que tratas y la forma como lo planteas, la música mexicana orgullo de nuestra gente y esencia de nuestra patria. Muy bien!!! Saludos

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  2. Me parece muy buena la idea de conocer de donde proviene nuestra música y que significa. muy bien Martha.

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