El Mexicano se ha caracterizado por ser un
incansable apasionado por expresar por medio de la música sus más profundos
sentimientos de amor, tristeza, odio y alegría, la estructuración armónica y
melódica de sus composiciones, muestran al escuchante las notas más brillantes,
más vivas y coloridas, dejando un entusiasmo musical hasta el punto de extraer
lágrimas, risas y admiración de él que llega a escuchar la música mexicana.
La música mexicana nace con nuestros ancestros indígenas,
interpretando con instrumentos de la época, los rituales y ceremonias a las
dioses o en los consejos de guerra, siempre utilizando la música para las
diferentes características de la vida, la sociedad indígena que desarrolló en
niveles más altos la música fueron los “Mayas” que habitaron el sur-éste de
México, donde el tiempo no ha podido borrar las huellas musicales auténticos
siendo interpretadas hasta nuestros días.
Prehispánica
Los mesoamericanos tenían una gran escala musical,
pero no tenían escritura, las piezas se aprendían de memoria y algunas
sobrevivieron hasta nuestros días.
En el Calmécac, los jóvenes aprendían los himnos
religiosos; en el Cuicacalli, se preparaban los cantos y los bailes, en el
Mixcoacalli, se guardaban los instrumentos.
Se conocen el huéhuetl, panhuehuetl y
tlalpanhuéhuetl, tambores que se hacen sonar con las manos; el teponaztli,
cilindro de madera suena con las lengüetas, con golpes de bolillo como la
marimba; el atecocolli, caracol o cornamusa; el tzicahuaztli, un güiro; el
tlapitztalli, ocarina; el ayacachtli, guaje relleno de piedrecitas, que se
sigue usando; flautas simples, dobles y multipes, cascabeles, silbatos, discos
de metal, bules de agua y caparazones de tortuga, el monocordio lo usaron lños
Otomíes y los seris lo conservan, y los coras el arco musical.
La colonia
La música indígena continúo interpretándose y los
indígenas dominaron los instrumentos europeos. La primera escuela la fundó fray
Pedro de Gante, en 1524 en Texcoco, pasó después a la ciudad de México, donde
se inició la producción de órganos y otros instrumentos para fines religiosos y
profanos. Se tocaba la guitarra, arpa, laúd, rabel, monocordio, clavicordio,
vihuela, salterio, dulzaina, orlo, bajón, los timbales y la flauta.
Los religiosos se apoyaron en el teatro musical, actos
sacramentales, misterios y pastorelas, para la conversión de los indígenas.
También la misa, la cantata, la pasión (en
canto llano), el motete, el magníficat, el te deum, el himno, los maitines y
los villancicos. En el siglo XVII Puebla se convirtió en el centro de la música
barroca. En 1648 aparece el primer corrido popular mexicano “las coplas del
tapado”.
La influencia de la música africana en el siglo
XVIII repercutió en la indígena, así como la evolución instrumental.
Floreciendo los ritmos como el sacamandú y el pan de manteca, subversivos y
rebeldes, contra el orden impuesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario