Muchos jóvenes son agresivos
y rebeldes, y sus padres no se dan cuenta de que están gritando mediante sus
conflictos. Los comportamientos inadecuados muchas veces son llamadas de atención
que imploran la presencia, el cariño y la atención de los padres.
Muchos síntomas psicosomáticos,
como los dolores de cabeza o abdominales, también son gritos silenciosos de los
hijos. ¿Quién los oye? Muchos padres
llevan a sus hijos a psicólogos, lo cual puede ayudar, pero en el fondo, lo que
ellos están buscando es el corazón de los padres.
Si sus padres no les han contado
a sus hijos sus sueños más importantes y tampoco han oído de ellos sus mayores alegrías
y sus decepciones más fuertes, conformaran un grupo de extraños y no una
familia. No hay magia para construir una relación sana el dialogo es
insustituible.
Esta habilidad de los padres
para comunicarse con sus hijos los hace ser brillantes contribuyendo a
desarrollar la solidaridad, el compañerismo, el placer de vivir, el optimismo y
la inteligencia interpersonal.
La primera habilidad de los
padres brillantes es dejar que sus hijos los conozcan; la segunda es nutrir su
personalidad; la tercera es enseñarles a
pensar; la cuarta es prepararlos para los fracasos y dificultades de la vida. Ahora,
necesitamos comprender que la mejor manera de desarrollar todos los hábitos es
adquirir un quinto; el dialogo.
Muy importante es el diálogo con nuestros hijos, aunque desgraciadamente habemos padres que lo dejamos de lado por las ocupaciones. Estoy de acuerdo en que debemos de hacer espacios para dialogar con nuestros hijos y así conocer lo que les pasa para poderlos orientar y apoyar. Muy bien Marce.
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