Sismicidad
La actividad sísmica es solo una pequeña muestra de la
fuerza que tiene la Tierra en su interior.
Las expresiones que utilizamos las personas para denominar
una sacudida de la Tierra generalmente son las de sismo o temblor.
Desde el punto de vista geológico, un sismo es un movimiento
vibratorio de la corteza, originado por procesos que se desarrollan en el
interior del planeta mientras que a los sismos que ocurre después del primero
se les conoce como replicas, las cuales en ocasiones pueden ser mucho más
fuertes que el movimiento inicial.
Los sismos generalmente se originan en las zonas más débiles
de la corteza de la tierra, donde se rompen y encuentran dos placas tectónicas.
Sim embargo es el repentino desplazamiento de las rocas a lo largo de las
placas o fracturas de que provoca la liberación de la energía que se propaga en
todas las direcciones hacia la superficie y que sentimos cada vez que tiembla.
Los sismos también pueden estar asociados
a la actividad volcánica, al hundimiento súbito de huecos subterráneos o las
explosiones provocadas por el ser humano principalmente en zonas mineras.
La magnitud es un valor que representa la cantidad de energía
que se libera en breves segundos a lo largo de la falla. Fue el doctor Charles
F. Richter quien en 1930 utilizo registros sismográficos para calcular la
magnitud de un temblor, considerando el tiempo transcurrido entre la aparición de
las ondas y la amplitud de estas dando como resultado la escala abierta.
Otra forma para medir la fuerza de un sismo esta en cuenta
su intensidad es decir los efectos de las ondas sísmicas en las construcciones
en el terreno natural y en el comportamiento o actividades del ser humano del
espacio geográfico.
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