jueves, 22 de enero de 2015

Noviembre 1936-marzo 1937: la batalla de Madrid y la toma de Málaga

El 6 de noviembre cuando parecía que el ejército sublevado estaba a punto de entrar en Madrid, el gobierno de Largo Caballero decidió trasladarse a Valencia, encomendando la defensa de la ciudad al general Miaja que debería formar una Junta de Defensa de Madrid

"Una salida precipitada, mantenida en sigilo, sobre la que no se dio explicación pública alguna"."Quienes se quedaron en Madrid no pudieron interpretar estos hechos sino como una vergonzosa huida... sobre todo porque los madrileños fueron capaces de organizar su defensa".

Dos días después comenzó la batalla de MadridDado que las fuerzas de los "nacionales" no eran superiores a las fuerzas republicanas que defendían Madrid (unos 23.000 efectivos), la penetración en la capital tendría que ser rápida y en un frente muy estrecho. 

Una columna atravesaría el río Manzanares al norte delPuente de los Franceses y avanzaría por la Ciudad Universitaria de Madrid para luego bajar por el Paseo de la Castellana. Otra columna cruzaría el Parque del Oeste para seguir por los bulevares y llegar a la plaza de Colón. Y una tercera cruzaría el barrio de Rosales para alcanzar la Plaza de España y la calle Princesa.

 Para apoyar este avance se consideraba fundamental tomar el cerro de Garabitas en laCasa de Campo donde se podía situar la artillería y desde allí bombardear la ciudad. El éxito de la operación dependía de que los republicanos creyeran que el ataque se produciría por el sur y concentraran allí sus fuerzas, pero en la noche de 7 al 8 de noviembre, precisamente en el momento que iba comenzar la batalla de Madrid, el teniente coronel Vicente Rojo, jefe del Estado Mayor de la defensa de Madrid, conoció los planes de los atacantes gracias a los papeles encontrados en el cadáver de un oficial muerto del ejército sublevado.

Entre los días 8 y 11 de noviembre se produjeron violentos combates en la Casa de Campo. El día 13 los "nacionales" ocupaban el cerro de Garabitas y dos días después lograban cruzar el río Manzanares adentrándose en la Ciudad Universitaria. Pero de allí no pudieron pasar gracias a la resistencia que presentaron las fuerzas republicanas, reforzadas por la llegada de las primeras Brigadas Internacionales, de unidades de tanques soviéticos T-26 (cuya primera intervención se había producido en la batalla de Seseña) y de 132 aviones rusos "Moscas" y "Chatos" que disputaron la superioridad aérea a los 117 aviones de la Legión Cóndor alemana. 

El 23 de noviembre el "Generalísimo" Franco desistió de continuar el infructuoso ataque frontal a la capital y el frente quedó ese día estabilizado.

Tanque soviético T-26 usado por las fuerzas republicanas. "La resistencia de Madrid cambió el signo de la guerra. Ya no sería un conflicto de rápidos movimientos envolventes, sino de batallas a gran escala, de maniobras tácticas para alcanzar objetivos estratégicos, en las que unos cuantos centenares de metros de terreno tendrían significado y cuyo modelo sería la la guerra de 1914-1918, más que las campañas coloniales, única forma de guerra que los españoles conocían de modo directo".

Al fracasar el ataque frontal los "nacionales" decidieron envolver Madrid por el noroeste concentrando sus fuerzas para cortar la carretera de La Coruña e intentar penetrar por allí en Madrid.

 En el primer intento que tuvo lugar a finales de noviembre (primera batalla de la carretera de La Coruña) sólo consiguieron avanzar tres de los siete kilómetros previstos, quedando detenido el ataque. El segundo intento tuvo lugar en diciembre (segunda batalla de la carretera de La Coruña) y también resultó un fracaso. 

El tercer y último intento (la conocida como tercera batalla de la carretera de La Coruña) tuvo lugar a principios de enero de 1937 y constituyó la "primera batalla importante de la Guerra Civil en campo abierto".

Los nacionales organizaron un importante ejército, llamado División Reforzada de Madrid, que contaba con tanques italianos, baterías antitanque para contrarrestar los T-26 soviéticos y artillería pesada. Frente a ella los republicanos desplegaron un ejército compuesto de cinco divisiones, cada una con tres brigadas, aunque algunas no estaban completas y muy pocas estaban mandadas por oficiales de infantería de carrera (para mandar las cinco divisiones se tuvo que recurrir a dos oficiales retirados por la ley Azaña de 1931, a dos oficiales provenientes de las fuerzas de seguridad, y a un miliciano, el comunista Juan Modesto). 

Entre los días 6 y 9 de enero la División Reforzada atacó hacia el norte y luego giró al este al llegar a la carretera de La Coruña, pero las fuerzas republicanas resistieron y los "nacionales" tuvieron que desistir en su avance.

Fracasado el intento de envolver Madrid por el noroeste, los "nacionales" lo intentan por el sureste avanzando hacia el río Jarama para cortar la vital carretera de Valencia, por donde llegaban a Madrid la mayoría de sus suministros. La batalla del Jarama se inició el 4 de febrero con el ataque por unidades de la Legión Española y fuerzas regularesmarroquíes, apoyadas por carros de combate, a las posiciones republicanas. El 11 de febrero tomaban el puente de Pindoque defendido por la compañía "André Marty" de la XII Brigada Internacional que tuvo 86 muertos. 

Los "nacionales" prosiguieron su avance pero las fuerzas republicanas apoyadas por unidades de tanques soviéticos dirigidos por el general "Pablo" (el general Rodímtsev) y el dominio del aire de la aviación republicana gracias a los "Chatos" les obligó a detenerse y renunciar a alcanzar la línea Arganda-Morata de Tajuña. Sin embargo los republicanos no pudieron recuperar el terreno perdido y el frente quedó estabilizado el 23 de febrero de 1937. Fue el final de la batalla del Jarama.

Mientras se iniciaba la batalla del Jarama, se producía la toma de Málaga por los "nacionales" el 8 de febrero de 1937, gracias especialmente a la intervención de las unidades motorizadas de la división de milicias fascistas italianas ("legionari" del CTV, Corpo di Truppe Volontarie) que había comenzado a llegar a España dos meses antes enviada porMussolini, imbuido de la idea de que el soldado fascista era muy superior al combatiente "rojo". 

El ataque había comenzado el 14 de enero de 1937 avanzando desde Rondapor el norte, siguiendo la carretera costera avanzando hacia Marbella por el oeste (con el apoyo de los dos modernos cruceros Baleares y Canarias que bombardeaban desde el mar y contra los que poco podían hacer los destructores y los más viejos y peor armados cruceros republicanos) y desde Granada hasta Alhama por el noreste. Aunque las milicias republicanas consiguieron contener el ataque tierra adentro, el día 5 de febrero convergieron varias columnas sobre Málaga encabezadas por las fuerzas italianas. 

Esto obligó a retirarse a las milicias a la capital pero allí faltas de mandos, de fortificaciones para la defensa y del apoyo de la flota republicana no tuvieron más remedio que emprender la huida hacia el este por la carretera costera de Málaga y Almería acompañadas de miles de civiles mientras eran ametrallados y bombardeados por la aviación italiana y los barcos de guerra de los sublevados. 

A los pocos días los "nacionales" llegaban a Motril haciendo numerosos prisioneros y obteniendo grandes cantidades de material. "Para el Gobierno republicano, la derrota demostró una profunda ineficacia y una falta de energía moral y señaló el comienzo de la decepción de los comunistas con respecto a la actuación de Largo Caballero como Jefe de Gobierno y ministro de la Guerra. Las salpicaduras llegaron a los mandos que Largo había nombrado, los cuales fueron procesados como resultado de las investigaciones llevadas a cabo después del desastre".

Artilleros italianos del bando sublevado disparando un cañón en labatalla de GuadalajaraEl tercer y último intento de envolver Madrid fue una iniciativa del "Corpo di Truppe Volontarie" (CTV) fascista italiano, a la que accedió el "Generalísimo" Franco, y que dio lugar a la batalla de Guadalajara.

 La idea italiana de la ofensiva era atacar Madrid desde el noreste dirigiéndose a Guadalajara y una vez tomada esta ciudad cortar la carretera de Valencia y entrar en la capital. Para esta operación, en la se seguiría la táctica de lo que los generales italianos llamaban "guerra relámpago" (las previsiones eran que en una semana, entre el 8 y el 15 de marzo de 1937, Madrid sería conquistada), se desplegaron buena parte de los de los 48.000 efectivos con que contaba entonces el CTV (integrados en cuatro divisiones con 4.000 vehículos, 542 cañones y 248 aviones).

Soldados italianos del CTV durante la batalla de GuadalajaraEl día 8 de marzo comenzó el ataque y en la noche del 9 al 10 de marzo la 3.ª División italiana tomaba Brihuega y el día 11 Trijueque encontrando una fuerte resistencia de las fuerzas republicanas, entre las que se encontraban la XI y la XII Brigadas Internacionales (de las que formaba parte el batallón Garibaldi integrado por italianos antifascistas), apoyadas por las unidades de tanques soviéticos y por la aviación, y ayudadas por el mal tiempo (los suelos embarrados por la lluvia dificultaba el avance de los vehículos e impedía el despegue de los aviones de los campos encharcados, mientras que los aviones republicanos sí disponían de campos de aviación utilizables). 

El 12 de marzo las tropas republicanos lanzaron una contraofensiva que hizo huir desmoralizada a la 3.ª División italiana y permitió recuperar en los días siguientes Trijueque y Brihuega, apoderándose de material abandonado por los italianos. El día 19 de marzo las fuerzas republicanas detuvieron su avance y organizaron líneas de defensa. El 23 de marzo terminó la batalla de Guadalajara que la prensa internacional liberal y de izquierdas llamó la "primera victoria contra el fascismo", destacando el hecho de que muchos "legionari" del CTV habían sido capturados por los "garibaldini" de las Brigadas Internacionales.


"Con la ayuda rusa la República había podido responder a la amenaza que suponía la llegada de armamento desde Italia y Alemania para el bando nacional. El Ejército Popularya no consistía en bandas sueltas de milicianos con improvisados mandos. Había demostrado saber retirarse a fortificaciones preparadas, resistiendo con pequeñas retaguardias a la espera de refuerzos. Responder a esta técnica iba a exigir otras capacidades de las que poseía el.

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