El 6 de noviembre cuando parecía que el
ejército sublevado estaba a punto de entrar en Madrid, el gobierno de Largo
Caballero decidió trasladarse a Valencia, encomendando la defensa de la ciudad
al general
Miaja que debería formar una Junta de Defensa de Madrid.
"Una salida precipitada,
mantenida en sigilo, sobre la que no se dio explicación pública alguna"."Quienes
se quedaron en Madrid no pudieron interpretar estos hechos sino como una
vergonzosa huida... sobre todo porque los madrileños fueron capaces de
organizar su defensa".
Dos días
después comenzó la batalla de Madrid. Dado que las fuerzas de los
"nacionales" no eran superiores a las fuerzas republicanas que
defendían Madrid (unos 23.000 efectivos), la penetración en la capital tendría
que ser rápida y en un frente muy estrecho.
Una columna atravesaría el río
Manzanares al norte delPuente
de los Franceses y avanzaría por la Ciudad Universitaria de Madrid para luego bajar por el Paseo
de la Castellana. Otra columna cruzaría el Parque del Oeste para
seguir por los bulevares y llegar a la plaza
de Colón. Y una tercera cruzaría el barrio de Rosales para alcanzar
la Plaza
de España y la calle Princesa.
Para apoyar
este avance se consideraba fundamental tomar el cerro de Garabitas en laCasa de Campo donde se
podía situar la artillería y desde allí bombardear la ciudad. El éxito de la
operación dependía de que los republicanos creyeran que el ataque se produciría
por el sur y concentraran allí sus fuerzas, pero en la noche de 7 al 8 de
noviembre, precisamente en el momento que iba comenzar la batalla de Madrid, el
teniente coronel Vicente
Rojo, jefe del Estado Mayor de la defensa de Madrid, conoció los
planes de los atacantes gracias a los papeles encontrados en el cadáver de un
oficial muerto del ejército sublevado.
Entre los días 8 y 11 de noviembre se
produjeron violentos combates en la Casa de Campo. El día 13 los
"nacionales" ocupaban el cerro de Garabitas y dos días después
lograban cruzar el río Manzanares adentrándose en la Ciudad Universitaria. Pero de allí no pudieron pasar gracias
a la resistencia que presentaron las fuerzas republicanas, reforzadas por la
llegada de las primeras Brigadas
Internacionales, de unidades de tanques soviéticos T-26 (cuya primera intervención se había
producido en la batalla
de Seseña) y de 132 aviones rusos "Moscas" y "Chatos" que disputaron
la superioridad aérea a los 117 aviones de la Legión
Cóndor alemana.
El 23 de noviembre el "Generalísimo"
Franco desistió de continuar el infructuoso ataque frontal a la capital y el
frente quedó ese día estabilizado.
Tanque soviético T-26 usado por las fuerzas
republicanas. "La resistencia de Madrid cambió el
signo de la guerra. Ya no sería un conflicto de rápidos movimientos
envolventes, sino de batallas a gran escala, de maniobras tácticas para
alcanzar objetivos estratégicos, en las que unos cuantos centenares de metros
de terreno tendrían significado y cuyo modelo sería la la
guerra de 1914-1918, más que las campañas coloniales, única forma de
guerra que los españoles conocían de modo directo".
Al fracasar el ataque frontal los
"nacionales" decidieron envolver Madrid por el noroeste concentrando
sus fuerzas para cortar la carretera de La Coruña e intentar penetrar por allí
en Madrid.
En el primer intento que tuvo lugar a finales de noviembre (primera batalla de la carretera de La Coruña)
sólo consiguieron avanzar tres de los siete kilómetros previstos, quedando
detenido el ataque. El segundo intento tuvo lugar en diciembre (segunda batalla de la carretera de La Coruña)
y también resultó un fracaso.
El tercer y último intento (la conocida como tercera batalla de la carretera de La Coruña)
tuvo lugar a principios de enero de 1937 y constituyó la "primera batalla
importante de la Guerra Civil en campo abierto".
Los
nacionales organizaron un importante ejército, llamado División Reforzada de Madrid, que contaba con tanques
italianos, baterías antitanque para contrarrestar los T-26 soviéticos y artillería pesada.
Frente a ella los republicanos desplegaron un ejército compuesto de cinco
divisiones, cada una con tres brigadas, aunque algunas no estaban completas y
muy pocas estaban mandadas por oficiales de infantería de carrera (para mandar
las cinco divisiones se tuvo que recurrir a dos oficiales retirados por la ley Azaña de 1931, a
dos oficiales provenientes de las fuerzas de seguridad, y a un miliciano, el
comunista Juan
Modesto).
Entre los días 6 y 9 de enero la División Reforzada atacó
hacia el norte y luego giró al este al llegar a la carretera de La Coruña, pero
las fuerzas republicanas resistieron y los "nacionales" tuvieron que
desistir en su avance.
Fracasado el intento de envolver Madrid por
el noroeste, los "nacionales" lo intentan por el sureste avanzando
hacia el río Jarama para cortar la
vital carretera de Valencia, por donde llegaban a Madrid la mayoría de sus
suministros. La batalla
del Jarama se inició el 4 de febrero con el
ataque por unidades de la Legión
Española y fuerzas regularesmarroquíes,
apoyadas por carros de combate, a las posiciones republicanas. El 11 de febrero
tomaban el puente de Pindoque defendido por la compañía "André Marty" de la XII
Brigada Internacional que tuvo 86 muertos.
Los
"nacionales" prosiguieron su avance pero las fuerzas republicanas
apoyadas por unidades de tanques soviéticos dirigidos por el general
"Pablo" (el general
Rodímtsev) y el dominio del aire de la aviación republicana gracias
a los "Chatos"
les obligó a detenerse y renunciar a alcanzar la línea Arganda-Morata
de Tajuña. Sin embargo los republicanos no pudieron recuperar el
terreno perdido y el frente quedó estabilizado el 23 de febrero de 1937.
Fue el final de la batalla
del Jarama.
Mientras se iniciaba la batalla
del Jarama, se producía la toma
de Málaga por los "nacionales" el 8 de febrero de 1937,
gracias especialmente a la intervención de las unidades motorizadas de la
división de milicias fascistas italianas
("legionari" del CTV, Corpo di Truppe Volontarie) que había comenzado a llegar a
España dos meses antes enviada porMussolini, imbuido de la
idea de que el soldado fascista era muy superior al combatiente
"rojo".
El ataque había comenzado el 14 de enero de 1937 avanzando
desde Rondapor el norte,
siguiendo la carretera costera avanzando hacia Marbella por el oeste
(con el apoyo de los dos modernos cruceros Baleares y Canarias que
bombardeaban desde el mar y contra los que poco podían hacer los destructores y
los más viejos y peor armados cruceros republicanos) y desde Granada hasta Alhama por el noreste.
Aunque las milicias republicanas consiguieron contener el ataque tierra
adentro, el día 5 de febrero convergieron varias columnas sobre Málaga
encabezadas por las fuerzas italianas.
Esto obligó a retirarse a las milicias a
la capital pero allí faltas de mandos, de fortificaciones para la defensa y del
apoyo de la flota republicana no tuvieron más remedio que emprender la huida
hacia el este por la carretera costera de Málaga y Almería acompañadas de miles
de civiles mientras eran ametrallados y bombardeados por la aviación italiana y
los barcos de guerra de los sublevados.
A los pocos días los
"nacionales" llegaban a Motril haciendo numerosos
prisioneros y obteniendo grandes cantidades de material. "Para el
Gobierno republicano, la derrota demostró una profunda ineficacia y una falta
de energía moral y señaló el comienzo de la decepción de los comunistas con
respecto a la actuación de Largo Caballero como
Jefe de Gobierno y ministro de la Guerra. Las salpicaduras llegaron a los
mandos que Largo había nombrado, los cuales fueron procesados como resultado de
las investigaciones llevadas a cabo después del desastre".
Artilleros italianos del bando sublevado
disparando un cañón en labatalla de Guadalajara. El tercer y último intento de envolver Madrid
fue una iniciativa del "Corpo di Truppe Volontarie" (CTV) fascista italiano, a
la que accedió el "Generalísimo" Franco, y que dio lugar a la batalla de Guadalajara.
La idea italiana de la ofensiva
era atacar Madrid desde el noreste dirigiéndose a Guadalajara y
una vez tomada esta ciudad cortar la carretera de Valencia y entrar en la
capital. Para esta operación, en la se seguiría la táctica de lo que los
generales italianos llamaban "guerra
relámpago" (las previsiones eran que en una semana, entre el 8
y el 15 de marzo de 1937, Madrid sería conquistada), se desplegaron buena parte
de los de los 48.000 efectivos con que contaba entonces el CTV (integrados en
cuatro divisiones con 4.000 vehículos, 542 cañones y 248 aviones).
Soldados italianos del CTV durante
la batalla de Guadalajara. El día 8 de marzo comenzó el ataque y en la
noche del 9 al 10 de marzo la 3.ª División italiana tomaba Brihuega y el día 11 Trijueque encontrando
una fuerte resistencia de las fuerzas republicanas, entre las que se
encontraban la XI y la XII Brigadas
Internacionales (de las que formaba parte el batallón
Garibaldi integrado por italianos antifascistas), apoyadas por
las unidades de tanques soviéticos y por la aviación, y ayudadas por el mal
tiempo (los suelos embarrados por la lluvia dificultaba el avance de los
vehículos e impedía el despegue de los aviones de los campos encharcados,
mientras que los aviones republicanos sí disponían de campos de aviación
utilizables).
El 12 de marzo las tropas republicanos lanzaron una
contraofensiva que hizo huir desmoralizada a la 3.ª División italiana y
permitió recuperar en los días siguientes Trijueque y Brihuega, apoderándose de
material abandonado por los italianos. El día 19 de marzo las fuerzas
republicanas detuvieron su avance y organizaron líneas de defensa. El 23 de
marzo terminó la batalla de Guadalajara que la prensa internacional
liberal y de izquierdas llamó la "primera victoria contra el
fascismo", destacando el hecho de que muchos "legionari" del CTV
habían sido capturados por los "garibaldini" de las Brigadas
Internacionales.
"Con la ayuda rusa la República había
podido responder a la amenaza que suponía la llegada de armamento desde Italia
y Alemania para el bando
nacional. El Ejército Popularya no consistía en bandas sueltas de
milicianos con improvisados mandos. Había demostrado saber retirarse a
fortificaciones preparadas, resistiendo con pequeñas retaguardias a la espera
de refuerzos. Responder a esta técnica iba a exigir otras capacidades de las
que poseía el.
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