LOS
NIÑOS INDÍGENAS
Cuando un niño nace en una sociedad
determinada, adquiere el derecho a recibir los beneficios de la cultura, se
inicia su crianza y su educación para hacer de él el miembro más aproximado al
tipo ideal de personalidad deseada por su grupo.
Cada individuo, al nacer, es ubicado
por su sociedad en una posición determinada, para que en su madurez, pueda
desempeñar los papeles que le correspondan de acuerdo con lo que se espera de
él.
En la actualidad, el niño indio nace
en una sociedad, donde su posición social no está limitada solamente por el
lugar que su propia comunidad le haya asignado, sino por el lugar que su
comunidad tenga en la región frente a otras sociedades de cultura diferente que
ejercen influencia sobre ella.
El niño con una personalidad en
proceso de desarrollo, tiene una posición de indio, lo que automáticamente lo
coloca en situación de dominado, de inferioridad frente a la sociedad nacional.
El niño indio sufre el estigma de su
indianidad tan pronto como se encuentra delante de individuos del grupo
mestizo. Su apariencia personal, su idioma, su vestido y su conducta
culturalmente lo señalan como indio. El niño indígena queda colocado en un
status bajo dentro de la sociedad colonial.
Un niño indio no solamente tiene que
aprender las normas de su cultura y adaptarse a ella sino que tiene que
aprender las normas de la cultura nacional y tomar una posición frente a ella,
como individuo y como miembro de una minoría con cultura diferenciada.
En las sociedades indígenas, gran
parte de la cultura se trasmite al niño por la familia inmediata y por la
comunidad mayor. Los valores de la cultura le llegan por la repetición
cotidiana de las normas previstas.
Los niños indígenas están sujetos a
un proceso de socialización perfectamente congruente con la cultura de su
comunidad. Saben que cada uno tiene un lugar en la sociedad y que para obtener
status debe respetarse la costumbre fielmente.
Los principales problemas para los
niños indígenas comienzan con el contacto desigual entre su sociedad y la
mestiza. Empieza a sentir lo que significa ser indio y a adquirir una conciencia
de inferioridad étnica. Su experiencia individual en relación con los miembros
de las otras etnias va a determinar su personalidad futura y su reacción hacia
la cultura materna.
Un niño indígena se acerca a la
cultura occidental a través de la escuela, que se le impone como algo extraño. Es
sometido no sólo a un proceso de endoculturación que le proporciona los
elementos de la cultura del grupo en el que nace y lo dota, sino también un
proceso de aculturación durante el cual es posible que los valores y
orientaciones de su cultura entren en conflicto con los de la cultura impuesta,
obligándolo a adoptar una de ellas como rectora.
Habrán de optar entre apegarse
decididamente a su cultura y defender su tradición por encima de todo, o
renegar de ella y tratar de olvidar aquello que lo identifica como indio.
Lo ideal sería que al convertirse en
un ser maduro, respetara su cultura y, pudiera participar en la sociedad
nacional y adoptar de ella o de otras culturas los elementos que considerara de
utilidad para alcanzar una existencia plena.
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