La revolución mexicana anda simultáneamente en las sillas de los caballos, protagonistas de las cargas de los dorados de villa y de las marcha de los zapatistas y en los vagones de los trenes, que el mismo villa utilizaba en sus hazañas más famosas como en las de ciudad Juárez y en torreón
Desde principios de la contienda armada todos los grupos en pugna tanto los revolucionarios como los federales se dieron cuenta de la importancia de tener una táctica y estratégica de los ferrocarriles. No únicamente sirvieron para transportar tropas, fueron campamentos, hospitales, y a bordo de los trenes se movilizaban las fuerzas que tomaban y defendían ciudades; obligados o por convicción, muchos operadores cumplieron su responsabilidad de transportar a los insurgentes en condiciones difíciles.
Para 1910, año en que estalla la revolución mexicana, los trenes juegan un papel importante, explica el periódico vanguardia. México contaba con 19 mil 748 kilómetros de vías férreas y con varias empresas ferrocarrileras. La principal de ellas era Ferrocarriles Nacionales de México, S. A., que pertenecía en un 51 por ciento al Estado mexicano.
A todos los personajes de esa época les sirvió de una u otra manera el ferrocarril por ejemplo al ejército federal, al servicio del régimen de Porfirio Díaz, primero, y de Victoriano Huerta, más tarde, lo usó para el transporte de soldados, de caballos y de artillería.
El ejército Libertador del Sur, de Emiliano Zapata, se especializó en volar puentes y rieles para obstaculizar el movimiento de los trenes militares federales. Pero también le encontró otra utilidad: el 29 de marzo de 1911 se valió de una locomotora de la hacienda de Chinameca, en Morelos, para forzar sus portones e irrumpir en ella. Así obtuvo, municiones y caballos.
Quien revoluciono el uso militar del ferrocarril fue el General Francisco Villa, fue así como tomó la importante población fronteriza de Ciudad Juárez en 1913. Poco después, el primero de octubre, Villa se lanzó con su División del Norte a la toma de Torreón, importante nudo ferroviario. Ahí ganó un botín de guerra el que consistía cañones, granadas, fusiles, 39 locomotoras y Más tarde, Villa volvió sus pasos sobre la ciudad de Chihuahua, pero no logró tomarla. Entonces simuló establecer un sitio y, con todo sigilo, se posesionó de un tren que viajaba de Ciudad Juárez a Chihuahua. Obligó al telegrafista a enviar un mensaje informando que la vía estaba cortada por los revolucionarios y pidió instrucciones.
La respuesta fue que el tren retornara a Ciudad Juárez e informara a todas las estaciones intermedias de tal orden. Villa y dos mil de sus hombres abordaron el tren y en cada estación obligaron al telegrafista a enviar un mensaje reportando su regreso. Además, cortaron la línea telegráfica. Finalmente, el tren llegó a Ciudad Juárez sin contratiempos.
Desde principios de la contienda armada todos los grupos en pugna tanto los revolucionarios como los federales se dieron cuenta de la importancia de tener una táctica y estratégica de los ferrocarriles. No únicamente sirvieron para transportar tropas, fueron campamentos, hospitales, y a bordo de los trenes se movilizaban las fuerzas que tomaban y defendían ciudades; obligados o por convicción, muchos operadores cumplieron su responsabilidad de transportar a los insurgentes en condiciones difíciles.
Para 1910, año en que estalla la revolución mexicana, los trenes juegan un papel importante, explica el periódico vanguardia. México contaba con 19 mil 748 kilómetros de vías férreas y con varias empresas ferrocarrileras. La principal de ellas era Ferrocarriles Nacionales de México, S. A., que pertenecía en un 51 por ciento al Estado mexicano.
A todos los personajes de esa época les sirvió de una u otra manera el ferrocarril por ejemplo al ejército federal, al servicio del régimen de Porfirio Díaz, primero, y de Victoriano Huerta, más tarde, lo usó para el transporte de soldados, de caballos y de artillería.
El ejército Libertador del Sur, de Emiliano Zapata, se especializó en volar puentes y rieles para obstaculizar el movimiento de los trenes militares federales. Pero también le encontró otra utilidad: el 29 de marzo de 1911 se valió de una locomotora de la hacienda de Chinameca, en Morelos, para forzar sus portones e irrumpir en ella. Así obtuvo, municiones y caballos.
Quien revoluciono el uso militar del ferrocarril fue el General Francisco Villa, fue así como tomó la importante población fronteriza de Ciudad Juárez en 1913. Poco después, el primero de octubre, Villa se lanzó con su División del Norte a la toma de Torreón, importante nudo ferroviario. Ahí ganó un botín de guerra el que consistía cañones, granadas, fusiles, 39 locomotoras y Más tarde, Villa volvió sus pasos sobre la ciudad de Chihuahua, pero no logró tomarla. Entonces simuló establecer un sitio y, con todo sigilo, se posesionó de un tren que viajaba de Ciudad Juárez a Chihuahua. Obligó al telegrafista a enviar un mensaje informando que la vía estaba cortada por los revolucionarios y pidió instrucciones.
La respuesta fue que el tren retornara a Ciudad Juárez e informara a todas las estaciones intermedias de tal orden. Villa y dos mil de sus hombres abordaron el tren y en cada estación obligaron al telegrafista a enviar un mensaje reportando su regreso. Además, cortaron la línea telegráfica. Finalmente, el tren llegó a Ciudad Juárez sin contratiempos.
viva mexico cab....ss
ResponderEliminaruna de las grandes causas de la deuda externa a mi pareser pero queriaos nuestra revoluciion industrial noooo
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