martes, 30 de diciembre de 2014

Comparaciones, grave error

Presionar a los hijos para que sean los mejores les afecta negativamente. Pero todavía es peor compararles con otros niños o adolescentes que son mejores  en alguna actividad. 
Las comparaciones son antipáticas e injustas, ya que cada uno destaca en lo que destaca de acuerdo a la habilidad o talento cada uno tiene. La comparación es un reproche sutil  que envía a los hijos un mensaje de “tú no eres suficiente”. 
Es importante aprender  y dejar que los hijos sean los protagonistas de sus vidas, dejándolos decidir que hobbies quieren practicar y cuánto tiempo le quieren  dedicar. Si no, no es un hobby  para el sino un sueño  que sus padres quieren realizar a través de él. 
 
Tomar conciencia de esta parte no es fácil, pues como padres siempre vamos a querer lo mejor para los hijos pero lo mejor para ellos es también preguntarles sus inquietudes, de nada sirve obligar al niño a meterse en un equipo de futbol, al adolescente que estudie lo que los padres quieren  si quizá sus habilidades y gustos están en otra actividad. 

Esto es parte también de aprender a conocer y relacionarse con ellos, a pues a través de sesto se puede impulsar a pulir y lo que por habilidad se tiene y ahora sí, sobresalir en esa área que al niño o adolescente le gusta. De lo contrario solo generaremos barreras de comunicación  y de confianza. Además de que ponemos en un compromiso emocional muy grande a los hijos que crecen estresados y por ende, las decisiones que vayan tomando a lo largo de toda su vida no influirán en el grado de satisfacción que les pueda causar sino en la obligación de hacerlo o porque así tiene que ser.

  

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